Manual Básico para Adoptantes


Manual básico para adoptantes de gatos – por Terapia Felina

Este manual ha sido creado por Laura Trillo Carmona, de Terapia Felina.

Desde Global Defensa ASH  le agradecemos a Laura la colaboración y la aportación altruista de sus conocimientos y consejos para los nuevos adoptantes.

La intención es facilitar la
adaptación del gato en su nueva
etapa y la comprensión de su
comportamiento por parte de las
personas que viven con él, además
es útil para conocer las
necesidades mínimas de los gatos
para acomodar nuestro entorno y que puedan desarrollar todas sus habilidades felinas,
así como detectar posibles problemas de comportamiento que siempre tienen solución.
Queda totalmente prohibida su venta y/o copia. Todos los textos son propiedad de
Terapia Felina.


Indice
1. La elección del gato
2. La llegada a casa. ¿Qué hago?
1. Crear un lugar seguro
2. Si hay otros animales
3. Elementos imprescindibles en el hogar
3. Zona de vida social y juego
4. Zona de alimentación
5. Zona de eliminación
6. Cuidado con las ventanas y las salidas al exterior
4. Alimentación
5. Higiene
6. Salud e identificación
7. Juego
8. Consejos para mejorar la relación con tu gato
7. Manipulación
8. Momentos para caricias
9. El castigo es innecesario y contraproducente
10.Gatos muy tímidos o asustadizos
9. Sobre el embarazo y la Toxoplasmosis, ¡No pasa nada!
10. Síntomas de estrés o posibles problemas de conducta


1. La elección del gato

¡Enhorabuena! Has elegido tener un maravilloso compañero que te dará muchas alegrías
y experiencias increíbles a lo largo de vuestra vida.
La decisión entre todos
La elección de tener un animal debe ser aceptada por todas las personas que viven en el
hogar que compartirá el gato, para que sea como un miembro más de la familia y todos
colaboren en sus cuidados y atenciones. Si alguna de las personas que viven contigo no
está de acuerdo, deberías escuchar sus razones y aceptarlas. Si todos estáis de acuerdo,
es el momento de ir a buscar a nuestro futuro compañero.
Ten en cuenta que un gato puede vivir hasta 20 años, en los que vuestra vida va a
cambiar mucho: podemos cambiar de vivienda, de pareja, incluso de país, o de trabajo,
tener épocas de problemas económicos, tener hijos, y muchas cosas más. Pero el gato
siempre estará con nosotros pase lo que pase, tenemos que ser responsables y
consecuentes y tenerlo siempre con nosotros, ya que es un miembro más de la familia e
irá con nosotros a donde nuestra vida nos lleve. Incluso ellos a veces tienen problemas,
de salud o comportamiento, que tienen solución siempre, y no por ello hay que
abandonarlos, si no comprenderlos y ayudarles al igual que harías con cualquier otro
amigo. La vida de un gato también cambia en todos esos años, a veces enferman, y
hay momentos de adaptación o de comportamientos que pueden estar alterados por
posibles situaciones estresantes o cambios en el hogar o de alimentación. ¡No pasa nada!
Todo se vuelve a equilibrar como en cualquier familia.
Lo mejor de todo es que junto a él aprenderás mucho sobre ti mismo/a y tu vida
diaria estará siempre acompañada de un amigo muy fiel. Tu hogar estará donde esté
tu gato, siempre saldrá a recibirte cuando llegues a casa, se acurrucará contigo en el
sofá cuando toque descansar, se sentará sobre tus libros cuando intentes leer, llevarás
sus recuerdos contigo todo el día en forma de pelos en tu ropa y sonreirás al verlos, te
robará la comida alguna vez y buscará cualquier juego para hacerte reír, además, si
alguna vez estás triste o enfermo ten por seguro que tu gato te acompañará en silencio y
no se separará de tu lado. Los gatos son amigos incondicionales para toda la vida, en lo
bueno y en lo malo.



Lo más importante a la hora de elegir
Los gatos de cualquier edad se adaptan igual de bien a tu hogar. Si nunca has tenido
gato, es recomendable que escojas uno más adulto y que conozcas un poco su carácter
para saber si encajaría contigo. Hay gatos muy enérgicos, otros más tímidos, otros muy
tranquilos, unos más cariñosos que otros...
Los gatitos pequeños son irresistibles pero
piensa que el primer año suelen ser pequeños terremotos imparables que requieren de
mucho juego y personas con experiencia para enseñarles por ejemplo a no morder ni
arañarnos. Es ideal si te llevas uno pequeño, llevarte mejor dos, porque así ambos
aprenden y juegan juntos, además serán inseparables para toda la vida.
Si escoges un gato adulto, aunque haya vivido en la calle pero es doméstico o haya
pasado por un previo abandono, se adaptará igual de bien a tu casa que cualquier otro
gato, además son muy agradecidos en cuanto se les trata con un poco de cariño y se les
da un hogar. Cualquier gato de cualquier edad puede ser tu amigo de por vida, a la hora
de elegir a un gato por la edad influye la experiencia que tengas con los gatos y en si
buscas un determinado carácter por las necesidades y condiciones que hay en tu hogar
para que se adapte mejor.
El carácter del gato no depende del sexo que sea ni de razas, cada uno tiene su
propio carácter, gustos y peculiaridades al igual que nosotros, cada gato es un
mundo. Si por ejemplo tienes ya un gato en casa, es más fácil presentarle un gato del
sexo contrario, pero tanto las hembras como los machos esterilizados pueden convivir
con gatos de su mismo sexo sin problema.
Si has adoptado un gato, lo más probable es que te lo hayan dado esterilizado o con
posibilidad de hacerlo tras la adopción, así que en principio no has de preocuparte por el
celo y el marcaje territorial.


Carácter
Esto es lo más importante que tenemos que mirar a la hora de elegir a nuestro futuro
gato. Tenemos que pensar cómo nos imaginamos a nuestro futuro gato, si independiente,
muy apegado a nosotros o ambas cosas, con necesidad de salir al exterior (incluso
semisalvaje) o capaz de vivir en interior, si muy juguetón o más bien tranquilo, y sobre
eso basar nuestra elección. Es muy importante que el carácter y necesidades del gato
se adapten bien a nosotros y al tipo de entorno que le podemos ofrecer. Si hay niños
pequeños lo ideal sería buscar gatos muy sociables y enseñar a los niños a interactuar
con el gato sin agobiarle o cogerle de forma que le pueda molestar. Si hay personas
mayores, lo ideal entonces sería un gato adulto y tranquilo que cumpla su función de
compañero y a la vez reciba la compañía tranquila de esa persona. Lo mismo si tenemos
un gato muy activo y queremos otro gato, buscaremos un gato con el mismo nivel de
actividad en vez de uno muy tranquilo porque no se entenderían muy bien y uno
agobiaría al otro.
La clave está en fijarse en el carácter de los gatos, aunque es difícil saberlo en un día,
las personas que trabajan en la protectora y las casas de acogida que los cuidan los
conocen mejor, coméntales tus necesidades y déjate asesorar.

No te dejes llevar solamente por los
irresistibles gatitos pequeños, dales la
oportunidad también a los gatos adultos de
demostrarte lo maravillosos que son antes
de elegir. Conoce a los gatos en persona y
déjate seducir, normalmente son ellos los
que nos eligen a nosotros. ¿Tienes una
buena intuición? ¡Síguela!

2. La llegada a casa. ¿Qué hago?

Para poder adaptar nuestro hogar y mentalidad a la llegada de este pequeño felino,
tenemos que tener en cuenta varias cosas:
- Los gatos son territoriales , por eso les cuesta aceptar otro animal nuevo y hay que
hacer las presentaciones progresivas.
- Los gatos son carnívoros cazadores , por eso su comida debería estar puesta a su
disposición todo el día, ellos están preparados para cazar y administrarse su
propia comida. Además, necesitan practicar juegos de caza a diario.
- Los gatos necesitan marcar su territorio a diario , por eso necesitan ciertos
elementos como los rascadores grandes, de lo contrario por ejemplo arañan el
sofá, es un comportamiento natural y necesario.
- Los gatos son animales nocturnos , ya que sus presas naturales (roedores), también
son nocturnos, por eso a veces los gatos se muestran más activos de noche
mientras dormimos.
- Los gatos suelen dividir su territorio en varias zonas , teniendo una zona aislada
para hacer sus necesidades.
- Los gatos son sedentarios , por eso les cuesta adaptarse a un nuevo entorno y a los
cambios.
- Los gatos son rutinarios , por eso se adaptan muy fácilmente a nuestras rutinas y
horarios.
Sabiendo estas cosas básicas lo ideal sería dividir nuestra casa en varios lugares, que
iremos viendo poco a poco, pero antes de esto, dejaremos al gato recién llegado unos
días en una habitación, ¿el motivo?

El gato necesita un “lugar seguro”
Hay algo muy importante que debemos conocer para entender muchos comportamientos
de los gatos: Necesitan sus feromonas de identificación para estar tranquilos. Los
gatos van dejando diariamente sus feromonas tanto en casa como en nosotros y en los
otros animales que viven con ellos, formando así un olor grupal, de su grupo social, y de
su territorio. Su forma de dejar feromonas de identificación, es mediante roces de los
lados de la cabeza (sien), barbilla y mejillas, la parte alta y lateral de la cadera (base de
la cola) y las patas (entre los dedos) sobre superficies, objetos, animales y personas.
Esto tranquiliza y relaja al gato, puesto que le ayuda a identificar su entorno como su
propio territorio. ¿Qué ocurre en un lugar nuevo? ¡No hay feromonas!
Partiendo de la premisa de que el gato es un animal sedentario: Al llegar un gato a casa
por primera vez sea de la edad que sea, debemos acomodarlo en una única habitación
con la puerta cerrada.
Para el gato será mucho más fácil adaptarse y será mucho
menos estresante para él que si lo dejamos desde el primer momento suelto por la casa,
situación en la cual seguramente el gato se esconda en el primer sitio que encuentre,
pudiendo pasar días escondido y sin comer. Para evitar esto, colocaremos todos los
elementos imprescindibles que veremos ahora en una habitación poco ruidosa y
tranquila, colocando el arenero en una punta de la habitación y la comida y el agua
lejos. Sus juguetes y lugares de descanso o rascadores también deben estar en esta
habitación. Tras unos días, el gato se habrá adaptado a este lugar y si vemos que está
tranquilo y con ganas de curiosear, le abriremos la puerta y le dejaremos salir a explorar
el resto de la casa, siempre y cuando no haya otros animales. Este lugar de seguridad
que hemos creado es muy importante para el gato, pues ante cualquier susto o
sensación de peligro, siempre sabrá dónde volver para sentirse seguro, será su punto de
partida y retorno. De lo contrario, si el gato se asusta, correrá sin rumbo hasta
encontrar un lugar a veces inaccesible para nosotros donde esconderse, lo que generará
más estrés en el gato. El tiempo que pueda estar el gato en el Lugar seguro depende de
lo asustadizo que sea, hay gatos que necesitarán una semana y otros sólo uno o dos días.
Lo sabremos cuando entremos en la habitación y veamos que el gato sale a recibirnos y
está tranquilo, entonces le abriremos la puerta y, dejándola abierta, caminaremos con el
gato dando un paseo junto a él mientras explora la casa. Ten cuidado con las ventanas,
mantenlas cerradas, así como la puerta de la calle o jardín, deja curiosear al gato lo que
quiera, y si se asusta por cualquier ruido desconocido, volverá a la habitación que ya
conoce. La adaptación es cuestión de días, el gato irá dejando sus feromonas en la
habitación y poco a poco en el resto de la casa hasta que la considere en su totalidad su
territorio.
Cuando el gato se encuentre tranquilo y ya haya explorado toda la casa, pasaremos a
redistribuir su territorio en varias zonas que veremos más adelante.

Si hay otros animales GATOS
El gato es un animal territorial, y a veces es difícil que acepte a otros animales en su
entorno, más aún si el entorno es cerrado. La primera regla que debemos conocer es:
¡nunca presentes a un gato otro gato o un perro libremente y de golpe! Necesitamos
unas pautas para que el gato se estrese lo menos posible y que sea algo progresivo para
que lo vaya aceptando poco a poco. Si lo hacemos de golpe y se pelean, luego será más
difícil presentarlos para que se lleven bien. Es muy importante la primera vez que se
ven.
Como indicábamos antes, lo primero es crear al gato nuevo su "Lugar seguro", es decir
una habitación donde el gato nuevo tenga todo lo que necesite y así empiece a conocer
el entorno y dejar sus feromonas de identificación. Mientras tanto, nuestro otro gato
estará libremente por casa como siempre, excepto en esta habitación. La presentación
debe ser en un momento en el que los gatos estén tranquilos, no haya ruidos ni nada
estresante.
Importante: ambos gatos han de estar sanos, el gato nuevo debe primero visitar al
veterinario, ser desparasitado y testado de leucemia e inmunodeficiencia felinas, al
igual que nuestro gato, asegurándonos de que está todo bien.
La primera presentación podemos hacerla metiendo al gato nuevo en un transportín
dejándolo en la misma habitación, y dejando entrar a nuestro gato en la habitación, sin
obligarle, para que huela todo y vea al gato nuevo. El transportín sirve como medida de
seguridad, ya que lo más normal en esta situación, es que se produzcan bufidos,
gruñidos e incluso que levanten la pata para pegarse. También podemos usar una malla
en la puerta, la idea es que se vean pero no se puedan tocar, el método puede variar.
Los gatos al ver otro gato se suelen enfadar y si no
ponemos esta medida de seguridad, lo más normal
es que se agredan, y es lo que pretendemos evitar.
También a veces ocurre que nuestro gato al estar
enfadado, nos bufe a nosotros o nos arañe,
debemos comprender que el gato está tenso en
esta situación, ¡no es nada personal! Hay que
vigilar que no deje de comer por esto.
Si los gatos están más o menos tranquilos,
podemos esperar así unos 15 minutos, dando por
ejemplo premios a ambos gatos, y luego sacamos a
nuestro gato de la habitación tranquilamente,
cerramos la puerta y dejamos salir al otro gato del
transportín. Si uno de los gatos se estresa
demasiado (maullidos muy altos, gritos, intenta
atacar al transportín o el que está dentro salta y se
estresa mucho), debemos terminar la sesión.

Lo que intentamos es que para los gatos sea lo menos estresante posible. Si esto último
ocurre, dejaremos que los gatos se tranquilicen y lo volveremos a intentar al día
siguiente. Si la situación se repite, debemos pedir la ayuda de un profesional como
Terapia Felina.
Debemos comprender que los gatos son territoriales y que normalmente comienzan sus
relaciones con otros animales a la defensiva. Para ellos es natural que otro gato sea un
intruso y por lo tanto le bufe, gruña e incluso le quiera agredir. Pero nosotros no
queremos que se agredan sino que se vean poco a poco para que se vayan aceptando. La
tolerancia entre gatos y entre gatos y perros empieza cuando se dan cuenta de que ese
animal nuevo no es una amenaza.
Tras unos días haciendo estas sesiones, cuando veamos que ambos gatos están
tranquilos, ya no gruñen ni se bufan, entonces podemos abrir la puerta del transportín y
sin obligarle, permitir que el gato nuevo salga a explorar. En esta situación se puede
producir alguna persecución (es importante mantener la puerta de la habitación cerrada
y que nosotros estemos con ellos) pero entonces intervenimos e intentamos distraer su
atención, sobre todo evitando el contacto visual directo entre ellos. Al haber dejado que
se vean con transportín durante los primeros días, que son los peores, hemos
conseguido que esta primera vez que se vean directamente sea menos violenta que
si les dejamos sueltos el primer día.
Cuando los gatos ya estén juntos, todavía
puede haber un período de persecución,
bufidos, gruñidos, mucho más leves, es
entonces cuando ambos gatos deben tener
más espacio, dejando la casa para ellos y
cuando podemos empezar otras sesiones
positivas para ambos: Ponerles algo rico de
comer una o dos veces al día y jugar con
ambos gatos a la vez, con algún juguete tipo
caña de pescar o una cuerda. Es importante
crear momentos positivos con ambos gatos,
para que se sientan integrados.
Hemos conseguido que se toleren, ahora
intentemos conseguir que sean amigos.
Si vemos que uno de los gatos es muy pesado
intentando jugar y el otro no quiere,
debemos desviar su atención hacia un
juguete y que juegue con nosotros, así no
descarga toda esa energía con el otro gato,
que prefiere tranquilidad.

Hay gatos que pueden llegar a tolerarse pero nunca ser amigos, es decir, pueden convivir
pacíficamente, pero no dormirán juntos ni se acicalarán mutuamente, esto ya depende
de ellos, no de nosotros.

PERROS
Lo más importante es la actitud del perro, pues ya hemos comentado antes que el gato
es capaz de tolerar individuos que no supongan una amenaza para él. Si el perro de
primeras le ladra, se pone muy nervioso e incluso corre hacia él, la situación será más
difícil. El gato necesita controlar la situación y el perro debe estar tranquilo.
Empecemos dándole un buen paseo al perro, así estará menos nervioso. La primera
presentación podemos hacerla con el gato dentro del transportín, sólo para comprobar
la reacción de ambos de forma segura. Lo normal es que el gato bufe y gruña, pero no
que se tense demasiado y salte dentro del transportín, no queremos eso. Empezaremos
con el perro a distancia y lo acercaremos poco a poco sin forzar la situación según
veamos cómo reacciona el gato. Si en esta primera sesión el gato está más o menos
tranquilo (bufidos y gruñidos incluidos), las siguientes sesiones podemos dejar que el
gato esté libre y que tenga lugares altos donde subirse y sentirse más seguro. En todas
las sesiones de presentación el perro debe ir atado y debemos premiarle siempre que
esté tranquilo, sin ladrar ni intentar correr hacia el gato. También es imprescindible
que la correa no esté tensa, sino holgada, porque de lo contrario estaremos
transmitiendo tensión al perro y poniéndolo alerta.
Posteriormente si ambos animales están tranquilos, lo ideal es crear momentos positivos
con los dos, con premios y juego.
Es muy importante no dejar al perro y al gato juntos y solos durante los primeros meses,
aunque ya se conozcan. Hay que observar cómo reacciona el perro cuando por ejemplo
tiene un juguete o está comiendo y se acerca el gato.
Estas presentaciones y los inicios de la tolerancia entre gato-gato y gato-perro pueden
durar hasta meses, por lo que debemos tener paciencia y no prisa, ya que tenemos
muchos años por delante para que disfrutemos todos juntos.

Por último y no menos importante, debemos hablar de nuestra actitud. Si estamos
nerviosos o tenemos miedo, no ayudamos mucho. Debemos tener seguridad y ser
positivos, transmitiendo calma a los animales y proyectando energía positiva en la
situación. Si estamos tensos transmitimos esa tensión, si tenemos miedo alertamos a los
animales, y queremos lo contrario. Nuestra actitud ha de ser tranquila, e incluso sonreir
y estar contentos, no hay motivo para no hacerlo. Transmitamos alegría a los animales,
seamos positivos pensando que se van a aceptar bien, transmitamos al nuevo animal que
ya es uno de más de la familia y se le quiere como a los demás. ¡Y que así sea!

3. Elementos imprescindibles en el hogar


Los gatos en libertad distribuyen su territorio en diferentes zonas. Conoceremos estas
zonas e intentaremos crearlas en nuestro hogar de la forma más parecida posible.
Zona de vida social y juego
Aquí es donde el gato pasará la mayor parte del tiempo. Ten en cuenta que el gato
hará vida donde estéis vosotros, por lo que su zona de vida social será la misma que la
vuestra, normalmente el salón o la cocina. Es aquí donde es efectivo poner un rascador
bien alto y robusto que sustituya lo que sería para un gato en estado natural, un
árbol donde poder afilar sus uñas y subirse para vigilar todo desde arriba.
Si el rascador lo ponemos en un lugar diferente donde apenas hay vida, como por
ejemplo una habitación de invitados o un baño, el gato no lo usará y es entonces cuando
arañará otras superficies como por ejemplo el sofá (también es vertical y robusto como
un árbol y está en la zona de vida social). Aparte de para afilar sus uñas y dejar sus
feromonas de identificación, el gato necesita estirar y tonificar sus músculos, por eso si
le pones un rascador demasiado pequeño y el gato es adulto, no podrá usarlo e irá a otro
lugar.

También un rascador bien alto se convertirá en un lugar de descanso y juego. Puedes
encontrar rascadores de todo tipo y precio en el mercado, elige uno alto y a ser posible
con varias plataformas, merece la pena.
En esta zona, también puedes habilitar para el gato diferentes alturas, poniendo
estanterías o baldas vacías en la pared, o dejándole algún espacio libre encima de un
mueble. Si tienes perro en casa, puedes poner la comida del gato en alto en alguno de
estos lugares, así como una manta para que duerma. Los gatos apenas hacen vida en el
suelo, prefieren estar en alto, sobre todo los gatos más tímidos e inseguros prefieren
estar en alto y van perdiendo el miedo más rápidamente al poder observar desde arriba
lo que ocurre. También es en esta zona donde prefieren jugar.
Los gatos muy activos y más jóvenes se lo pasarán en grande pudiendo subir y bajar,
correr y saltar, decidirás apagar la televisión y observarlos, ¡es mucho más divertido!






El lugar del SOL: ¡imprescindible!
Los gatos necesitan tomar el Sol a diario,
les beneficia en todos los aspectos y
además, les encanta. Intenta encontrar el
lugar donde de más tiempo el Sol, y
coloca allí una camita o manta para el
gato, o si tienes una terraza o patio (sin
peligros) déjale tomar el Sol. Pasará
mucho tiempo allí dándose ricos baños
solares, que le ayudarán mucho sobre
todo en procesos de enfermedad.
Zona de alimentación
Por lo general, el gato doméstico prefiere tener un lugar al que ir a comer. Este lugar
puede estar situado en el mismo lugar que donde hace vida social, preferiblemente en
alto. La única zona que debería estar aparte es la zona de eliminación. El agua debe
estar siempre disponible, limpia y fresca, cambiándola a diario.
Zona de eliminación
Debemos dejar una zona de la casa únicamente como lugar para que el gato haga sus
necesidades, donde colocaremos la bandeja de arena. Debe haber tantas bandejas de
arena como gatos en la casa. El lugar donde colocar la bandeja de arena es muy
importante, debe ser un lugar poco o nada transitado y lejos de ruidos (lejos de
ventanas, lavadoras, etc.). El lugar ideal suele ser un baño de la casa o una habitación
de poco uso diario.

El tipo de bandeja adecuado es una bandeja
muy grande y no muy alta, de fácil acceso
para el gato. Los gatos que tienen problemas
de artrosis o equilibrio, o cualquier otro
dolor en las patas, prefieren las bandejas
con los bordes bajos y que sean amplias,
colocadas en lugares accesibles.
Sobre la arena, en el mercado hay muchos tipos, con o sin perfume, más o menos
aglomerantes. De primeras sugiero comenzar con arena sin perfume, lo más natural
posible y sobre todo que no genere polvo que puede ser perjudicial para nuestro gato.
También hay lechos vegetales, es cuestión de probar y encontrar lo que más le guste a
nuestro gato o le resulte más cómodo. Al fin y al cabo, ¡es su bandeja!
La limpieza de la bandeja de arena debe ser
diaria, retirando las heces todos los días y
cambiando la arena por completo una vez por
semana o cada dos semanas, dependiendo de
cuántos gatos la usen y del tipo de arena.
A los gatos no hay que enseñarles a usar la
bandeja, en cuanto la descubren o les colocamos
encima de la arena, saben para qué la van a usar,
incluso los gatitos de 3 semanas ya saben usarla
sin que nadie les enseñe.
Los gatos son animales extremadamente limpios. Si tu gato hace cualquiera de sus
necesidades fuera, está indicando que tiene un problema y está pidiendo ayuda, siempre
es una llamada de atención porque algo va mal. Por favor no castigues nunca a tu gato ni
te enfades con él, intenta comprender qué es lo que puede ir mal y ayúdale. Contacta
siempre con un profesional que trabaje en positivo como Terapia Felina.
Si cambiamos el arenero de sitio, tenemos que enseñárselo al gato, simplemente
llevándole hasta él o colocándole en la arena, así ya sabe dónde está y cuando la
necesite irá a su lugar.
Cuidado con las ventanas y las salidas al exterior
Si vives en un piso, ten cuidado con las ventanas, los gatos son muy curiosos y suelen
caerse. Si queremos tener las ventanas abiertas debemos antes poner una red o malla
protectora, pues nuestro gato querrá asomarse y corre el peligro de caerse. Es
imprescindible que nuestro hogar sea seguro. Aquí tienes un enlace donde encontrarás
información muy útil:
http://locasfelinas.blogspot.com.es/2012/03/protege-tu-gato-de-una-caida.html


4. Alimentación
El gato es un animal preparado para cazar sus propias presas y comerlas crudas
cuando quiera, y es carnívoro, es por esto que deberíamos respetar estos hábitos de
alimentación del gato desde el principio en la medida de lo posible.
Nuestros gatos de interior ya no cazan ni
comen roedores, pájaros o peces, comen
pienso y comida húmeda en lata, siguen siendo
carnívoros puros y están preparados para autoadministrarse
su comida.
Si tu gato tiene mucha ansiedad por la comida,
lo ideal sería estudiar y trabajar esa ansiedad
aparte, en vez de generarle más ansiedad al
quitarle la comida y que dependa de nosotros
para comer.
Si nuestro gato está a dieta porque está muy gordo, también sería ideal estudiar el por
qué de su obesidad y ayudarle. También puede darse la situación de que haya varios
gatos en casa comiendo diferentes comidas. En cualquiera de estos casos si es necesario,
tendríamos entonces que dar de comer nosotros a los gatos, mínimo 4 veces al día. Los
gatos prefieren comer poca cantidad y muchas veces al día.
Respecto al tipo de alimentación, cada vez está en mayor auge la alimentación natural,
es más sana y equilibrada que cualquier alimentación compuesta siempre y cuando se
haga correctamente. Si decides dar este tipo de alimentación a tu gato, entonces sí que
hay que ir administrándole la comida durante el día. Infórmate, pregúntale a tu gato y
decide por ti mismo/a:
http://www.weim.net/sanpan/ACBA/
Si prefieres dar una alimentación basada en pienso,
también hay piensos naturales y comida húmeda natural
mucho más sanos que los que encuentras en el
supermercado. Busca una tienda especializada e
infórmate en tu veterinario de confianza sobre cuál
sería la alimentación más apropiada para tu gato, sobre
todo si necesita una dieta especial. También ten en
cuenta que tanto las alergias, intolerancias
alimentarias, ansiedad, obesidad, y en general cualquier enfermedad, pueden ser
tratadas y curadas con terapias naturales.

5. Higiene
Los gatos tienen una herramienta muy útil para auto
lavarse ellos mismos: su lengua.
No necesitan que los bañemos ya que ellos se levan a diario,
sobre todo después de comer.
A los gatos les gusta el agua, lo que no les gusta es la
manipulación que conlleva el baño, el ruido y el entorno
hostil (bañera resbaladiza, agua a chorro, sujeción
exagerada y obligación), sobre todo también porque es algo
antinatural para él e innecesario.
A no ser que el veterinario prescriba los baños con fines
terapéuticos (hongos, sarna, cualquier dermatitis), o que
encontremos un gato lleno de grasa de coche por ejemplo,
no hay que bañar a los gatos.
Es importante fijarse en el pelo de nuestro gato, porque es síntoma de buena salud. Los
gatos sanos y que se encuentran bien se lavan a diario y tienen un pelo muy limpio. Si el
pelo de tu gato está sucio o con caspa, consulta con tu veterinario.
Si es de pelo corto, puedes cepillarle una vez por semana para eliminar el pelo muerto y
evitar así que se formen bolas de pelo. Si es de pelo largo, lo ideal sería 3 o 4 veces en
semana porque además a algunos gatos se les forman nudos que les acaban tirando de la
piel y les hacen daño. También puedes darles varias veces en semana malta o hierba
gatera (cebada) para ayudarles a digerir las bolas de pelo.

6. Salud e identificación
Para que nuestro gato esté sano, influye mucho una buena y correcta alimentación y un
ambiente tranquilo y estable. Llévale o consulta al veterinario anualmente o ante
cualquier duda que te surja, es mejor preguntar mucho que dejar dudas sin resolver,
sobre todo si vemos algún síntoma extraño en nuestro gato, no lo dejemos pasar.
Sobre las vacunas y desparasitación, cada veterinario tiene un protocolo, así que mejor
pregunta en tu veterinario de confianza.
Las uñas del gato no hay que cuidarlas, el gato se encarga de afilárselas. Pero si
queremos cortárselas, debemos saber que sólo hay que cortar las puntas de las uñas, con
unas tijeras especiales, y a ser posible que lo haga el veterinario.

Posibles síntomas de una enfermedad que no hay que dejar pasar:
- El gato deja de comer o come menos
- El pelo del gato está sucio o con caspa constantemente
- El gato ha dejado de lavarse
- Está deshidratado
- Tiene diarrea o heces con sangre, con o sin moco
- Tiene legañas
- Tiene mocos y/o estornuda mucho
- Ha dejado de saltar
- Se lava compulsivamente una parte de su cuerpo
- De repente se muestra agresivo si intentamos tocarle una zona en concreto
- Ha dejado de venir a saludarnos cuando llegamos a casa
- Orina fuera de su bandeja, en superficies horizontales
- Al orinar, maúlla o abre mucho la boca, síntomas de dolor
- Va mucho a orinar pero orina poca cantidad
- Se vuelve torpe, camina pegado a la pared de casa, se cae
- Tiene calvas redondas, heridas en la piel o alopecia
- Tiene las orejas caídas, o heridas detrás de las orejas
- Tiene dificultad para respirar o ataques de asma
- No levanta el rabo ni lo mueve
- Maúlla incesantemente cuando está solo
- Vómitos constantes, babas
- No realiza sus estiramientos diarios
- Tercer párpado visible
Microchip
En algunas Comunidades Autónomas es obligatorio el microchip en los animales, pero
aunque en tu Comunidad no lo sea, se aconseja siempre ponerlo. Aunque sean gatos de
interior, que no salgan nunca, la verdad es que un traslado al veterinario o cualquier
viaje con el gato ya es salir de casa, y puede ocurrir cualquier cosa durante ese trayecto
y el gato puede perderse. Si va identificado hay muchas probabilidades de volver a
encontrarle.
El microchip es del tamaño de un grano de arroz y se sitúa en el lado izquierdo del
cuello del gato. Mediante unos formularios se relacionan los datos del gato con los tuyos
y con los del veterinario que se lo coloca, y eso se envía al Colegio de Veterinarios
correspondiente.
Es importante saber que las bases de datos del microchip son por Comunidades
Autónomas, así que si cambias de Comunidad, tendrías que rellenar de nuevo los
formularios y hacer un cambio de base de datos. Pero si cambias de ciudad dentro de la
misma Comunidad, puedes cambiar los datos sólo con una llamada de teléfono.
Infórmate en tu veterinario.
Como medida de prevención, cada vez que lleves a tu gato al veterinario, podrías leerle
el chip y comprobar que está activo, porque a veces se cae, se mueve o se desactiva.
También es recomendable una vez puesto el microchip y enviados los formularios, dejar
pasar un mes y llamar a la base de datos para comprobar que el gato ya está dado de
alta y que tus datos son correctos.

7. Juego
El gato necesita desarrollar sus habilidades de caza, siendo un gato doméstico
alimentado, lo hará como parte del juego y tenemos que permitírselo para no generar
problemas de ansiedad. Jamás debemos jugar con nuestras manos, siempre debemos
tener juguetes y no necesariamente comprados: pelotas de papel de aluminio, hojas de
árboles secas, cajas de cartón con agujeros... si ponemos al gato elementos nuevos
como juego lo agradecerá y pasará mucho tiempo jugando. En tiendas especializadas
podemos encontrar juguetes como: ratones, juguetes de cuerda tipo caña de pescar
(ideales para jugar nosotros con el gato), pelotas de goma, etc. Los juguetes para gato
deben ser sobre todo ligeros, porque les encanta voltearlos por el aire y llevarlos en la
boca de un lado a otro, darle patadas y correr tras ellos, como lo harían con un ratón de
verdad. Entre los juguetes favoritos para los gatos se encuentran aquellos que se
asemejen a un ratón, pájaro o insecto, y no estéticamente, sino en tamaño y peso, e
incluso que hagan ruido.
Un gato doméstico bien alimentado no
tiene ninguna necesidad de cazar
animales vivos para alimentarse pero no
hay que olvidar que es un instinto y
según lo desarrollado que lo tenga,
puede cazar presas y luego no
comérselas, sino traérnoslas a nosotros,
momento en el cual no debemos
enfadarnos ya que es una preciosa
ofrenda.
Juegos que generan problemas de comportamiento en el gato
Muchas personas suelen divertirse realizando juegos brutos con el gato. Juegan con
sus manos, provocando al gato y haciéndolo rabiar, sobre todo si el gato es pequeño.
Es contraproducente jugar con nuestras manos con el gato, ya que esto genera
problemas más adelante en el gato cuando es adulto.
Cuando el gato pasa del mes a los dos meses de edad, pasa por una fase de aprendizaje
muy importante: el autocontrol y la intensidad de la mordida. Esto lo suelen aprender
mediante juegos con sus hermanos y su madre, por eso es ideal que el gatito viva con su
familia hasta los dos meses y medio de edad o con otros gatos que le enseñen. Si el
gatito no pasa esa edad con su familia gatuna, y en cambio lo pasa con nosotros,
debemos tener cuidado y procurar enseñárselo nosotros. En esta fase, al jugar con el
gato con las manos, le estamos enseñando dos cosas: que nuestro cuerpo es presa (no
olvidemos que el gato es un animal cazador), y que puede morder y arañar todo lo que
quiera (ya que siendo pequeño el gatito apenas hace daño y nos quejamos). Se le
provoca con nuestras manos y se le hace rabiar para que muerda más fuerte, que es
justo lo contrario a lo que debe aprender. También se suele jugar a provocarle con los
pies.
¿Qué ocurre cuando el gato es adulto? Que no
tiene autocontrol ninguno.
Suelen convertirse en gatos que muerden muy
fuerte, que se abalanzan sobre nosotros de
buenas a primeras y nos muerden (se lo has
enseñado tú), que no tienen medida a la hora de
morder ni controlan cuando es juego, se frustran.
Suele parecer que es un gato agresivo, que
apenas se deja tocarle porque muerde, que te
"ataca" mientras caminas por los pasillos de casa,
que estás sentado tranquilamente y viene el gato y te muerde.
Todos estos comportamientos inadecuados suelen estar derivados por un gran error
nuestro a la hora de enseñarle, o porque le ha faltado este aprendizaje en la edad
adecuada. Pero nunca es tarde.
Si por cualquier motivo el gatito no puede estar con otros gatos durante el mes a los dos
meses de edad, nosotros podemos enseñarle, con unas pautas muy fáciles de realizar:
- Por supuesto, jamás jugar con el gato con nuestras manos ni pies.
- Provocar al gato a jugar con juguetes, sobre todo los de cuerda larga o caña de
pescar, con los que el gato no pueda acceder a nuestras manos mientras jugamos con él.
Un gato pequeño y hasta que es adulto necesita mucha actividad.
- Si nos muerde, no debemos mover la mano (si la presa se mueve, él muerde más
fuerte) y debemos chillar, demostrándole que nos está haciendo daño. Esto lo hacen sus
hermanos gatitos cuando juegan entre ellos: uno muerde, el otro chilla, así el que está
mordiendo para de morder y suelta a su hermano, así una y otra vez. Cuando nos suelte,
debemos retirar la mano o el pie tranquilamente y desviar su atención a otro tipo de
juego como los que hemos comentado antes. Este chillido sólo lo debemos realizar
cuando se trata de un juego, jamás si un gato nos está agrediendo por otro motivo.
- Hay que respetar el espacio vital del gato y no agobiarle cuando no quiere ser
acariciado o cogido en brazos. Cuando demanda actividad, hay que dársela, cuando es el
momento del descanso, entonces podremos acariciarle.

8. Consejos para mejorar la relación con tu gato


Hay gatos que son muy cariñosos y demandan constantemente caricias y compañía, pero
lo habitual es que los gatos se aíslen de vez en cuando y no quieran que los molesten.
Pueden tener momentos al día en el que quieren estar contigo y momentos en los que
prefieren dormir sobre una estantería o dentro de un armario. Si quieres tener una
buena relación con tu gato, aprende cuáles son los momentos para jugar y caricias y
cuáles son para dejarle tranquilo. Cuanto más tranquilo le dejes, más se acercará a tí.
Muchas veces conseguimos lo contrario, con nuestras ganas de abrazarlos, cogerlos y
darles cariño, les agobiamos demasiado y para ellos a veces es una situación estresante
de la que huir. Esto es lo primero que hay que enseñar a nuestros hijos para que su
relación con los gatos sea pacífica y respetuosa.
Manipulación
Si has adoptado un gatito pequeño, es importante que practiques a manipularlo muy
suavemente y sin agobiarlo, en momentos en que esté tranquilo (nunca cuando está
jugando). Puedes cogerle suavemente y ponerlo sobre ti para luego no retenerle y
dejarle marchar, jugar con él hasta conseguir que siga jugando sobre tus piernas sin
cogerle. Los momentos de juego y nervios son para desgastar energía, si en ese
momento intentamos cogerlo en brazos o manipularlo se sentirá oprimido y puede que le
asustemos o salga corriendo, se sentirá incómodo. En cambio si lo hacemos en momentos
en que está tranquilo, lo tomará como algo agradable.
Nosotros los humanos tendemos a querer llevar encima nuestro a cualquier animal que
sea pequeño, nos gusta y nos hace sentir bien.
Si al coger a tu gatito le haces daño, puedes originar que para él sea traumático y crezca
con miedo a que lo cojan. Ten cuidado de no hacerle daño y ser muy respetuoso a la
hora de manipularlo. Acaríciale suavemente y ve tocándole las orejitas, las patas, el
lomo, la barriga... mientras come o duerme, siempre y cuando él se deje y no parezca
un castigo ni imposición. Es simplemente extender las caricias suaves en momentos de
calma con el propósito de que sienta que se le tocan todas las partes de su cuerpo sin
que para él sea molesto. Hacerlo así nos ayudará a que cuando toque llevarlo al
veterinario, para él sea menos estresante cuando le tengan que mirar los oídos, sacarle
sangre de sus patitas, etc.
Otra cosa que puedes practicar para que tu gatito confíe en ti, es que cuando lo tengas
en brazos y lo quieras soltar, llévalo hasta el suelo y déjale ahí, en vez de soltarlo desde
una distancia demasiado alta, se puede hacer daño y asustarse. Si le dejas en el suelo y
le permites bajar de tus brazos de forma muy suave, lo entenderá como algo positivo.
Una correcta manipulación puede hacer de un gato un animal más cariñoso y confiado,
pero si lo manipulamos mal o le hacemos daño, el resultado será un gato muy miedoso y
asustado.
Momentos para caricias
Como hemos estado viendo, los gatos tienen sus momentos para todo y conseguiremos
una mejor relación con él si conocemos estos momentos y los respetamos. Si nuestro
gato está muy activo, dale juego, hazle saltar y correr, cazar algún juguete o premio,
pero no intentes en estos momentos cogerle y pretender que quiera estar en tus brazos,
¡es momento de desfasar! Si hay niños en casa, podemos enseñarles a jugar con el gato
mediante juguetes para que disfruten estos momentos de juego juntos.
Los momentos para caricias son cuando el gato está dormido o tranquilo, o cuando viene
hacia nosotros pidiendo caricias, le acariciamos y nos responde con ronroneos o nos pide
más caricias. Pero si empieza a mover la punta del rabo o el rabo entero y echa las
orejas hacia atrás, deja de acariciarle en el momento y déjale tranquilo. Cuando un gato
da golpes en el suelo con el rabo, es que se siente incómodo. Si no respetamos esta
señal para dejarle tranquilo, puede ser que pase a la siguiente señal que sería un
mordisco y marcharse. Es culpa nuestra, ¡él avisó!
Por otro lado tenemos otros momentos en que no son para acariciar al gato ni para jugar
con él, son momentos de tranquilidad que necesita nuestro gato. Por ejemplo si vemos
que no quiere caricias ni tampoco está receptivo al juego, entonces le dejaremos
tranquilo hasta que él quiera.
El castigo es innecesario y contraproducente
Nadie es merecedor de un castigo y mucho menos un animal, porque cualquier cosa que
haga, carece de intención, ni buena ni mala. Es por esto que si nuestro gato presenta
algún problema de comportamiento, lo más normal es que se encuentre mal, o tenga
demasiado estrés, por ejemplo, como para orinar fuera de la bandeja de arena o
agredirnos. En ningún caso el castigo resuelve un problema sino que siempre lo
empeora. Los gatos no necesitan castigos para aprender, ni estímulos negativos como
sprays de agua o cosas similares.
Hay que comprender cuáles son los comportamientos naturales de los gatos para saber si
realmente es un problema de comportamiento o es algo en lo que no podemos
intervenir. Por ejemplo no podemos castigar que nuestro gato se suba encima de las
mesas o estanterías, que arañe el sofá o nos robe la comida. Todo esto son
comportamientos naturales del gato y hay que comprenderlos y en según qué casos
poner soluciones naturales para él.
Ya hablamos de que los gatos prefieren hacer vida en las alturas, por lo tanto, ¿cómo
vamos a hacer entender a un gato que no puede subirse a ninguna parte? Si el gato araña
el sofá, probablemente es porque no tengamos un buen rascador, o no esté en el lugar
correcto, entre otras cosas. Si nos roba la comida, la próxima vez tendremos más
cuidado de no dejarla a la vista.

Si aplicamos un castigo, sea cual sea, a cualquier comportamiento natural,
crearemos en el gato miedo y frustración, en vez de comprensión y educación.
Gatos muy tímidos o asustadizos
Si tu gato tiene mucho miedo y permanece escondido, intenta sacarle de esa situación
“sobornándole”: comida irresistible o juego, algo positivo que haga que salga por sí solo,
no a la fuerza. No le agobies, dale tiempo, espacio y enséñale que no eres una amenaza
para él: no vayas hacia él de frente sino de lado o de espaldas y por un lateral, agáchate
o túmbate, pestañea despacio mientras le miras y evita mirarlo fijamente. Además, ¡el
miedo se puede tratar con terapias naturales con resultados espectaculares!

9. Sobre el embarazo y la Toxoplasmosis, ¡no pasa nada!

Has adoptado un gato y quizás en un tiempo decidas
tener un hijo, es entonces cuando oirás la palabra
Toxoplasmosis constantemente, por parte de médicos y
familia. Antes de que te metan miedo con historias
falsas o exageradas, es preferible que tengas toda la
información a modo preventivo y que conozcas la
relación entre los gatos y la Toxoplasmosis, para que
cuando llegue el día, no tengas ningún miedo y disfrutes
de tu embarazo junto a tus gatos.

¿Qué es la Toxoplasmosis?

Es una enfermedad infecciosa, originada por un
protozoo parásito que se llama Toxoplasma gondii, y
causa problemas graves sobre todo en el feto. Es una
zoonosis porque se transmite de animales a humanos. Y
nuestros amigos los gatos son el único huesped
definitivo para este parásito, es decir, el gato es el
único animal en el que este parásito incuba sus huevos (ooquistes).
Estos parásitos se encuentran sobre todo en la tierra, y la suelen transmitir los roedores
o pájaros, y las personas que trabajan la tierra o jardines también pueden infectarse. La
función que tiene el gato en toda esta historia es que al cazar y comerse estos animales
al ser sus presas naturales, el parásito utiliza al gato para incubar sus ooquistes, nuestro
mayor enemigo (no el gato). Pero si tu gato no caza ni come animales vivos, sino pienso
o carne bien cocinada, no hay ningún problema. Y si lo hiciera, durante el embarazo
habría que evitarlo. De todas maneras, esto sigue:

Un gato infectado con el parásito, lo incuba durante
un período de entre 3 y 20 días, y durante un mes, lo
excreta en las heces. Estas heces con ooquistes
deben estar expuestas durante 24-48 horas para
que sean infecciosas, cosa que no ocurre ya que
limpiamos las heces de los gatos a diario. Además,
para contagiarte necesitas tocar las heces con las
manos y llevártelas a la boca. ¡Bastante improbable!
Resumiendo
- Gatos que comen pienso y viven en casa con
nosotros, no contraen ni contagian la
Toxoplasmosis.
- Si aún tienes dudas, puedes hacerte el test de
Toxoplasmosis, si la has pasado, no la volverás a
contraer. Al gato también se le pueden hacer
las pruebas, e igualmente si la ha pasado, ya no la volverá a tener ni te
contagiará jamás. Si la pasas sin estar embarazada, esta enfermedad suele pasar
desapercibida como un resfriado cualquiera, así que si no te haces la prueba
nunca lo sabrás.
- Procura limpiar el arenero con guantes y lavarte las manos después. Las heces de
los gatos que comen pienso no tienen Toxoplasmosis, pero si aún así no te fías,
pide a alguien que lo limpie por tí o usa guantes.
- Lo mejor que puedes hacer, es no comer carne o cocinarla muy bien y lavar bien
las verduras y todo lo que comas, sólo así evitarás la Toxoplasmosis.
- Ten en cuenta que hay mujeres que pasan la Toxoplasmosis durante el embarazo
por haber comido verdura mal lavada o carne poco cocinada, embutidos, etc.,
pero si tiene gato en casa, todas las miradas y la culpa van para él, pero
probablemente no haya tenido nada que ver.
- No abandones a tu mejor amigo y compañero por algo que jamás pasará. Si te
llenan la cabeza de historias de miedo, se inteligente e infórmate mejor y de
primera mano.
Qué aportará el gato a tu embarazo
Los gatos son animales protectores del hogar y de nuestras energías. Un gato sabe
cuándo estás embarazada, te ayuda a equilibrar tu energía y además trabaja con tu
bebé. A los gatos les suele gustar dormirse sobre tu barriga cuando estás embarazada,
mullirla y ronronear. Esto tanto para tí como para tu bebé es muy beneficioso, además
es una experiencia única y preciosa.


Gatos y bebés son compatibles

Cuando llegue el momento de ser madre,
¿pensarás que no tienes tiempo para tu
gato? Ser madre es una de las mayores
responsabilidades de nuestra vida, no
podemos ser madres con una
irresponsabilidad tan grave como la de
abandonar a un compañero que depende
de nosotros. Has decidido hacerte cargo de
un animal, responsabilizarte y cuidarlo,
debes ser consecuente y tener en cuenta
que vuestra vida va a cambiar y el gato
seguirá ahí como miembro de la familia.
Los animales están contigo todos los días de tu vida, sean buenos o malos, estés llorando
o riendo, están ahí. Para ser una madre responsable, has de serlo también con tus
animales.
Realmente, los niños que se crían con animales son más sociables y más felices,
basta con ver la cara de un niño jugando con un gato.
Incluso se tienen gatos en algunos asilos de ancianos porque son beneficiosos para las
personas mayores por su compañía, tacto, ronroneo, y la terapia asistida con animales
es justo esto. Los animales son beneficiosos para las personas, para todas.
Por otro lado, si tu gato presenta problemas de comportamiento, has de saber que todos
estos problemas tienen solución (que no consiste en una medicación con ansiolíticos),
contactando con los profesionales adecuados, se resolverá.
Problemas de comportamiento del gato cuando nace el bebé
Generalmente estos problemas de comportamiento cuando llega un bebé a casa (o los
meses anteriores) pueden consistir en que el gato orina o defeca fuera de su arenero
(estrés), o algún tipo de agresión (estrés). Este estrés normalmente es causado por el
propio propietario del gato, consciente o inconscientemente. Por ejemplo, para el gato
es muy importante su territorio y olor, si empezamos a cerrarle puertas (la habitación
del bebé llena de muebles nuevos sin feromonas de tu gato), puede ocasionar que tu
gato se sienta estresado al no poder marcar con sus feromonas esa zona ni explorarla,
para tener su territorio perfectamente controlado, uno de las actividades principales de
ser gato. Las feromonas de gato son inocuas, no huelen, no se palpan, no están llenas de
microbios ni nada parecido, son únicamente para uso personal del gato. Y el gato
necesita impregnar con este olor, su propio olor, todo lo que le rodea para sentirse
tranquilo y agusto. De lo contrario, puede sentirse estresado y presentar problemas de
conducta.

Otro ejemplo, cambio de hábitos por nuestra parte. De jugar mucho con el gato, tener
rutinas diarias con él, a olvidarnos por completo de él. Los gatos no tienen celos, ni
envidia, ni odio (todo eso es humano), pero lo que nota es que sus rutinas se han roto y
es un animal muy rutinario. Cuando estés embarazada, puedes ir creándole otras rutinas
a unas horas en las que creas que cuando tu bebé haya nacido, puedas dedicárselas al
gato.
Otro gran fallo grave consiste en regañar al gato por cosas que jamás le habíamos
regañado. Cuando se tiene un bebé tendemos a ser sobreprotectores, y ahora regañamos
al gato hasta por subirse al sofá cuando siempre ha dormido ahí. ¡Seamos coherentes!
Esto es lo que el gato nota y esto es lo que causa problemas de conducta.
Llegar a casa con mi bebé, ¿cómo se lo presento al gato?
Cuando el bebé haya nacido, se le pueden ir llevando al gato ropa o trapitos
impregnados del olor del bebé para que lo vaya reconociendo. Tener un hijo es una de
las experiencias más maravillosas de la vida, y ésta alegría hay que compartirla con el
gato, no verlo como un enemigo. Presentar nuestro hijo al gato ha de ser de lo más
natural y amoroso posible, con ganas de verdad de compartirlo como un miembro más
de nuestra familia.
Hay que tener en cuenta algo muy
importante, para el gato, un bebé
humano no es igual que un humano
adulto: se mueve diferente, vocaliza
diferente y con ruidos muy altos y agudos,
huele diferente. Es como una especie
nueva, por eso quizás en alguna ocasión
pueda tenerle miedo. Pero si actuamos con
naturalidad y le restamos importancia,
comprobaremos que poco a poco, el gato se
interesa por este nuevo compañero, si se lo
mostramos con alegría, queriendo que él
forme parte de toda esta nueva felicidad.
Podemos dejar sin problema que el gato se acerque al bebé, utilizando premios, con
calma, podemos dejar que duerma incluso junto a él. Lo único que hay que evitar es que
el gato se tumbe sobre el bebé si es muy pequeño, pero para eso están las madres,
siempre estarán supervisando la situación, sin dejarlos solos.
Fuera miedos, disfruta de tu bebé, de tu pareja, de tu gato y de tu perro, la familia
sois todos juntos.

10. Síntomas de estrés o posibles problemas de conducta


Si nunca has convivido con un gato, es probable que en algún momento no sepas
distinguir cuándo el gato tiene un problema. Has de tener en cuenta que el gato no tiene
intención ni hace nada para perjudicarnos. Siempre que se presente un problema de
comportamiento, piensa que es el gato el que tiene el problema y que necesita ayuda
para resolverlo. Algunos síntomas de estrés o problemas de comportamiento para que
puedas reconocerlos y llames a un profesional como Terapia Felina, pueden ser casos de
eliminación en lugares inadecuados o agresividad. Si tu gato no usa la bandeja para
orinar o defecar, o ninguna de las dos cosas, es un problema que requiere estudio
individualizado del gato, pues pueden estar influyendo muchos factores, desde una
bandeja sucia, demasiado alta o inaccesible, arena inapropiada, hasta problemas
digestivos, dolores o estrés causado por mil posibilidades. En cualquier caso, si hablamos
de gatos esterilizados, éstos usan su arenero para sus necesidades porque lo prefieren,
pero cuando no lo hacen, necesitan ayuda, algo va mal. Por favor no regañes ni
castigues ningún comportamiento, aunque encuentres a tu gato orinando en un lugar
donde no debe y sientas enfado, intenta cambiar tu percepción y entiende que tiene
un problema, no lo hace por fastidiar a nadie.
Por otro lado si tu gato tiene comportamientos agresivos, hay que diferenciar la
agresividad de los juegos descontrolados. Es muy importante para el gato haber
aprendido el autocontrol y la intensidad de la mordida. En cualquier caso contacta con
Terapia Felina para que te ayude a comprender el lenguaje corporal de tu gato y así
averiguar lo que ocurre. Lo normal es que el gato no muerda fuerte ni agreda a nadie. Si
lo hace, puede ser consecuencia de haber jugado con las manos con él muy
bruscamente, haber sido un gato al que han castigado físicamente, un gato muy inseguro
o estresado, miedo o situación traumática, incluso algún dolor o malestar físico.
También los gatos muy miedosos o desconfiados pueden mejorar mucho con un poquito
de trabajo y paciencia.
¡Todos los problemas tienen solución! Con paciencia, comprensión, cariño y constancia
conseguiremos solucionarlos, ayuda a tu gato al igual que ayudarías a cualquiera de tus
amigos.
Desde Terapia Felina os deseo una larga y maravillosa vida juntos, llena de anécdotas
bonitas e inolvidables.

Si tienes cualquier duda o sugerencia sobre este manual,si necesitas ayuda con la adaptación de tu gato o
asesoramiento sobre sus cuidados, o si quieres asistir a los cursos y talleres de Terapia Felina para mejorar tu conocimiento sobre los gatos, ponte en contacto conmigo.

Al ser un manual gratuito, por favor respeta su procedencia y a su autora a la hora de
distribuirlo.

Laura Trillo Carmona es Terapeuta Natural de gatos, trabajando con ellos y
solucionando los problemas de comportamiento siempre en positivo, es además
Terapeuta Floral de Bach, y practica Reiki y Comunicación Animal, entre otras terapias
naturales, para ayudar a los gatos y a las personas que viven con ellos a entenderse y
equilibrar su relación de forma natural.

Terapia Felina trabaja por el bienestar de los gatos, solucionando posibles problemas
de comportamiento, asesorando sobre su adaptación y cuidados, y ayudando a que los
gatos y las personas tengan una relación feliz, basada en el respeto, comprensión y
amor incondicional.
Realiza además cursos sobre Comportamiento felino y Talleres de Flores de Bach para
gatos de forma presencial por toda España y online, así como publicaciones para
diversas revistas y webs sobre animales.
Contacto:
E-mail: laura@terapiafelina.com
Web: www.terapiafelina.com
Facebook: Terapia Felina
Twitter: @TerapiaFelina
Teléfono: +34 652 92 78 30
Barcelona, España
Laura Trillo Carmona – Terapia Felina - www.terapiafelina.com

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